La incapacidad de poder traer embarques de autos y piezas los mantiene sin poder operar a máxima capacidad
Azotada por el huracán María como gran parte de Puerto Rico, la industria de autos busca la forma de levantarse y de salvar a los sobre 30,000 empleados que dependen de este sector comercial. Sin embargo, las condiciones actuales no están permitiendo que su propósito se logre. Ricardo García, presidente del Grupo Unido de Distribuidores de Autos (GUIA), denunció que la imposibilidad en estos momentos de traer cargamentos con piezas y autos nuevos tiene a la industria paralizada, sin poder echar a correr sus ruedas.
“Sabemos que hay muchas prioridades que hay que atender en estos momentos. Pero, hay algo crucial que va a ayudar a que la economía se comience a reactivar y es la situación en los puertos para poder recibir y sacar mercancía”, detalló. Dijo que la industria ahora mismo no está recibiendo los embarques de piezas que son necesarios para reparar los autos que fueron afectados por el huracán.
La industria automotriz en la isla intenta recuperarse que suman más de 10,000, contando solo los que están en manos de los concesionarios y distribuidores, y que han sido reclamados a las aseguradoras. Tampoco se le está permitiendo traer autos nuevos a la isla. Ambas importaciones están paralizadas debido a que la carga marítima que llega al país está relacionada exclusivamente a los artículos de primera necesidad. “Entendemos que debe ser así, pero también ya se tiene que ir abriendo un espacio para que industrias como la nuestra y entiendo que muchas otras puedan comenzar a normalizar sus operaciones”, informó.
García explicó que esto ha provocado que la industria no tenga forma de recuperarse. Por un lado, existe una demanda de vehículos de flota para suplir la necesidad que tienen las compañías de renta de autos, y cuyo inventario se ha agotado ante la necesidad de transporte del personal que está en la isla para atender la emergencia. Por otro lado, existen muchas personas que perdieron sus vehículos durante el evento catastrófico y necesitan un auto nuevo.
El portavoz de GUIA sostuvo que por lo regular los abastos de piezas y de vehículos en la isla siempre se mantienen en niveles bajos debido a los onerosos impuestos a la propiedad mueble que les toca pagar todos los meses por el inventario de vehículos o piezas que tienen en sus establecimientos. Aclaró que la cantidad depende del valor del auto, pero en promedio estimó que alcanza los $250 por cada vehículo que tienen en exhibición sin vender.
Como industria, se encuentran ahora mismo evaluando estos costos y repensando estrategias que les permitan llegar a un tipo acuerdo con los municipios para minimizar de alguna forma este impacto. “Es perjudicial para nosotros y algo que nos limita porque nos obliga a tener los inventarios bajitos y en momentos como estos eso nos afecta a todos. El que más se beneficia de nuestro negocio es el gobierno y ahora mismo no están generando nada o muy poco con nosotros porque no se está vendiendo nada porque no hay inventario”, dijo. “Si nos eliminaran ese impuesto pudiéramos tener aquí almacenes con inventario suficiente y personal que se beneficiaría de ese trabajo. Ahora mismo, le estamos dando ese trabajo a otros estados en Estados Unidos que son los que están haciendo ese trabajo”, expresó. Pese a no contar con los números finales de ventas del mes de septiembre, García dijo que los estimados hasta ahora son de 2,300 autos. “Esto es lo más bajo que jamás se haya vendido en un mes en la Isla. Lo más bajo hasta ahora habían sido por encima de las 5,000”, expresó, al detallar que octubre va por el mismo camino.
Fuente: El Nuevo Día
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