“Si hay deudas de las isapres a las clínicas, que no se traduzca en menores prestaciones para los usuarios, ni en un retraso (del pago) para los médicos”, dijo la recién asumida presidenta del gremio, Anamaría Arriagada.
Anamaría Arriagada asumió la presidencia del Colegio Médico (Colmed) el pasado miércoles 17 de enero, junto a Iván Mendoza como vicepresidente, Mauricio Osorio como secretario general, Claudia Cartier como prosecretaria y Carlos Becerra como tesorero. Su lista fue identificada como la continuidad de la directiva del saliente Patricio Meza. Una asunción que llega en un momento álgido para el área: las aseguradoras privadas, isapres, se encuentran en una crisis que podría tener efectos en el sistema de salud privado, como también en la red de asistencia pública. A ello se suman las noticias por las listas de espera que se han conocido en las últimas semanas, y la postura, además, de la actual administración de Gobierno con la misma red pública nacional.
Especialista en medicina interna, magíster en Bioética y académica de la Universidad de Chile, Arriagada funge hoy en día como coordinadora de Trasplantes del hospital Salvador, en el sector público, e internista en la Clínica Indica, en el privado. Su relación con la política podría haber nacido incluso en el hogar, pues su padre es el histórico exmilitante falangista Genaro Arriagada. En ADN Hoy, se refirió de entrada al estado de las aseguradoras privadas: por ejemplo, es uno de los desafíos de su administración, junto con pensar el “sistema de salud que queremos tener en los próximos años”; en segundo lugar, las listas de espera; y tercer, los servicios de urgencia, puntualmente con agresiones y salud mental, “tanto de la población como también del personal de salud. Esos son los grandes temas que hoy nos preocupan”.
Isapres
Arriagada vaticina que, pese al estado de las aseguradoras privadas, “las clínicas no van a correr la misma suerte”:
“En términos del riesgo de quiebra de isapres, la caída de ellas, el peligro que corren algunas clínicas, el que mejor puede tomar el pulso es el superintendente (de Salud, Víctor Torres). Él, en una entrevista, dijo que había que esperar, en un estado de preocupación, de monitoreo, porque ahora a mediados de febrero el valor del IPSA; porque luego de eso se le inyectarán recursos por la prima de menores de dos años; porque por la ley corta y lo que se ha ido acordando, tienen que presentar un plan de costos, que tiene que ver con una Superintendencia que está velando para que eso sea efectivo”.
“El superintendente fue bastante prudente en señalar el escenario actual, que es un escenario que estamos vigilando. Hay que recordar que el 40% de la fuerza médica trabajamos en los dos sistemas, público y privado; y hay que reconocer también que el sistema privado, las clínicas, dan cientos de miles de empleos, aportan seis mil camas, realizan casi el 40% de las cirugías y por tanto, para nosotros el foco está muy puesto en proteger esos lugares y si hay deudas de las isapres a las clínicas, que eso no se traduzca en ni en menor prestaciones para los usuarios, ni en un retraso para los médicos”, añadió después.
Aseguró, en la misma línea, que la caída inminente de las isapres “me parece que no es así”: “Hay que esperar con calma, preocupación, en estado de alerta, para ver cómo se va a dar, sobre todo la tercera semana de febrero, en que va a venir el ajuste del plan base y ahí ver cómo se da la situación”.
Con todo, apuntó a “evitar” que la crisis de las isapres sean a costa de los usuarios, porque el actual “es un modelo que, de alguna manera, así como está, es inviable, pero incluso hay isapres que han surgido en el último tiempo, como la isapre Clínica Alemana, que se para bastante robusta. Así que evitaría ser la caja de resonancia de una industria que está amenazada, que ha tenido un incremento de sus precios que han estado absolutamente fuera de la ley. Y cuando se habla de disminuir los costos, ha resultado también en disminuir los precios”.
¿La propuesta?
“Hay hartas cosas que se pueden hacer y que no tienen que ver con trasladar un aumento de precios a los usuarios: por ejemplo, optimizar el sistema de modalidad de libre elección. Ahí hay que meterse y darle un criterio sanitario. Porque hoy, por ejemplo, la modalidad de tomar hora con siete especialistas no tiene ningún parangón exitoso en el mundo, no sirve para tener mejor salud, es muy caro para el sistema y no necesariamente tiene una mirada sanitaria”, explicó Arriagada.
“Es una oportunidad que hay que aprovechar y sin duda, casi una obligación. Si esta crisis ocurrió, fue por muchas cosas, pero también porque teníamos un sistema con poca regulación; porque ofertábamos en la salud un aseguramiento que no tenía una mirada de seguridad social, sin elementos de solidaridad, sin elementos sanitarios para ordenar la demanda por atenciones de salud, con una Superintendencia que no tiene todas las capacidades que debía tener; y uniéndolo con el sistema público, Fonasa debe aumentar los aranceles a unos más reales para que las clínicas se abran a atender, quizás no con los aranceles que se pagaban antes, sino aranceles más bajos, pero que por volumen permitan compensar la situación actual y a la vez, cooperar mejor en resolver las listas de espera”, cerró.
Fuente: ADN Radio
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