Una enfermedad, una operación o incluso una simple consulta médica pueden representar un gasto elevado si no se cuenta con una cobertura adecuada en Fonasa o Isapre. Frente a esta realidad, muchas familias han optado por contratar un seguro de salud. Los seguros de salud funcionan como un respaldo y permiten financiar, total o parcialmente, aquellos tratamientos que el sistema no logra cubrir.
Contrario a lo que algunos piensan, estas pólizas no están dirigidas exclusivamente a quienes padecen enfermedades graves o son de edad avanzada. De hecho, pueden resultar especialmente útiles para quienes buscan evitar imprevistos económicos frente a un accidente, una intervención quirúrgica no planificada o, simplemente, acceder a mejores prestaciones médicas sin que eso signifique un golpe al bolsillo. “Un seguro de salud es una herramienta que nos ayuda a protegernos frente a los gastos que pueden surgir cuando enfrentamos un problema de salud”, explicó Daniela Sugg, economista de la Salud y académica e investigadora adjunta de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad Diego Portales.
Según indicó, este tipo de cobertura puede marcar una gran diferencia, sobre todo cuando los eventos de salud coinciden con períodos de menores ingresos, como una licencia médica o una situación de desempleo. Además de funcionar como mecanismo de protección, Sugg recordó que los seguros de salud también aportan tranquilidad. “Contar con un seguro de salud es fundamental. Nos permite acceder a servicios de salud sin que eso signifique una carga financiera imposible de asumir”, sostuvo. Los tipos de seguros de salud: complementarios, catastróficos y oncológicos
En la industria aseguradora chilena existen distintos tipos de seguros de salud que permiten complementar o reforzar la cobertura de Fonasa o Isapre. Los más comunes son los seguros complementarios, catastróficos y oncológicos. Aunque estos pueden contratarse por separado, en muchos casos resulta conveniente combinarlos para abordar distintos niveles de riesgo.
Según señalaron desde BICE Vida, “muchas personas confunden los tipos de seguros, no saben que pueden combinar seguros, por ejemplo, un complementario con un catastrófico y al mismo tiempo adicionar un oncológico según sus necesidades”.
El seguro complementario de salud es el más conocido y se activa una vez que el sistema previsional ha cubierto su parte. Este permite reducir los gastos en consultas médicas, hospitalizaciones, exámenes, medicamentos, procedimientos ambulatorios y, en algunos planes, también cubre servicios de salud dental, mental u óptica. Puede ser contratado a nivel individual, familiar e incluso por empresas para sus trabajadores. Actualmente, las compañías de seguros han abierto el mercado para que incluso las pymes, a partir de cinco colaboradores, puedan tenerlo.
El seguro oncológico, en tanto, está diseñado para enfrentar un diagnóstico de cáncer desde el primer momento, proporcionando apoyo financiero específico para cubrir tratamientos de alto costo. A diferencia de otros seguros, este no reembolsa gastos menores, sino que suele entregar una indemnización directa al confirmar la enfermedad, lo que permite utilizar esos fondos según las necesidades de cada paciente.
El seguro de salud complementario permite reducir gastos en consultas, hospitalizaciones, exámenes y otras atenciones, y se puede contratar de forma individual, familiar o por una empresa para sus trabajadores MetLife, por ejemplo, ofrece el seguro Cáncer 360, que otorga a sus afiliados un monto de dinero de libre uso hasta el alta médica. Otra de las innovaciones más recientes de la firma es el seguro Salud Total, con precio fijo hasta los 70 años y un deducible de 50 UF, uno de los más bajos del mercado. "Tiene deducible cero para las tres enfermedades que más preocupan a los chilenos: cáncer, ACV e infarto", señaló Gabriel Maiza, gerente de Productos y Nuevos Negocios de MetLife.
Finalmente, el seguro catastrófico cubre situaciones médicas graves, como cirugías complejas, accidentes o enfermedades de alto costo que generan gastos elevados. “Este tipo de seguros puede marcar una gran diferencia para las personas y familias frente a eventos médicos inesperados y costosos”, indicó Paola Herrera, gerenta de Negocios de Salud de Consorcio. Aurelio Pastori, gerente Técnico de MAPFRE Chile, complementó que estos seguros “funcionan como capas de protección, diseñadas para activarse cuando los gastos superan ciertos límites, entregando tranquilidad frente a imprevistos que pueden desestabilizar el bienestar financiero”.
Antes de contratar: Lo que debes saber Uno de los errores más comunes que cometen las personas es asumir que un seguro de salud cubrirá todos los gastos médicos de inmediato. “Muchas personas no se detienen a revisar en detalle las condiciones del contrato y se sorprenden al descubrir que hay deducibles, copagos, topes de cobertura y exclusiones”, advirtió Herrera. Al contratar un seguro, es fundamental comprender los conceptos técnicos que afectan directamente el monto que se reembolsará y en qué situaciones. Por ejemplo, muchas pólizas exigen primero utilizar Fonasa o Isapre para activar su cobertura. Es decir, el producto solo entra en acción una vez que se ha hecho uso del sistema de salud público o privado. La mayoría de los seguros de salud exigen hacer uso de la cobertura de isapre o Fonasa antes de solicitar reembolsos Un concepto clave es el deducible, que corresponde al monto que se debe pagar antes de que el seguro comience a cubrir. "Hay que tener en cuenta cuál es el deducible, cuál es el porcentaje de cobertura para cada tipo de prestación y si existen límites anuales”, señaló Daniela Sugg, académica UDP. Esos topes de cobertura determinan el máximo que reembolsará el seguro en un año o por cada atención.
También es fundamental revisar qué prestadores están incluidos, ya que algunas pólizas solo cubren atenciones dentro de ciertas clínicas o redes médicas. “Hay que comprender hasta dónde llega el seguro, en qué prestadores, y cómo funciona el proceso de reembolso”, añadió la economista. Asimismo, Pastori advirtió que muchas personas se concentran solo en el precio mensual (la prima), pero no en la utilidad real del seguro. “Más que fijarse en el costo del seguro, hay que preguntarse si responde a las necesidades reales de la persona o grupo familiar. Es preferible pagar un poco más por una cobertura adecuada que terminar enfrentando gastos no previstos”, aseguró.
Fuente: Chocale.cl
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