En América Latina, los productos derivados meteorológicos se utilizan en Colombia, pero existe margen para un uso más amplio de estos instrumentos financieros en la región.
El potencial se debe a la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos impredecibles en todo el mundo relacionados con el cambio climático, que crean riesgos, en especial para sectores como el eléctrico y el agrícola.
Durante el resto del siglo, el calor extremo, el estrés hídrico y la sequía tendrían el mayor impacto financiero sobre las empresas en todo el mundo, de más de US$ 1 billón al año en la década de 2050, según un estudio de S&P Global.
En resumen, una empresa que contrata un derivado meteorológico, como la propietaria de una central hidroeléctrica, pagaría normalmente una prima por adelantado, pero recibiría una compensación financiera en caso de condiciones meteorológicas adversas o subóptimas. En otras palabras, el instrumento se utiliza para cubrir pérdidas financieras.
Los productos están hechos a la medida, y el pago se basa en un índice meteorológico oficial acordado, como la temperatura promedio registrada en un día determinado.
Para conocer lo que ocurre en Chile, BNamericas conversa con Arturo Brandt, senior counsel de Grupo Vial Abogados y asesor estratégico de la comercializadora regional de energía Cinergia.
BNamericas: En América Latina, los productos derivados meteorológicos se utilizan en Colombia. ¿Qué sectores o industrias podrían contratar este tipo de producto en Chile?
Brandt: En términos generales, aquellas industrias más afectadas por el cambio climático en el corto y mediano plazo deberían tener una mayor preocupación por el tema. Entre ellas incluiría a la industrial de la generación de electricidad, con especial énfasis en la hidroelectricidad, seguida de la energía eólica y solar. Del mismo modo, la industria agrícola debería tomar nota de estos nuevos productos (por las inundaciones, sequías, olas de calor y heladas). También la industria forestal (por el aumento de los incendios) y la industria de infraestructura.
BNamericas: ¿Cuáles son algunos de los beneficios de los derivados meteorológicos? ¿Y cuáles podrían ser sus posibles desventajas?
Brandt: El principal beneficio es que no tienen que probar los daños, como ocurriría, por ejemplo, en un contrato de seguro. Una vez superado el índice, se gatilla de inmediato el pago por parte de la compañía aseguradora, y eso ahorra bastante tiempo y dinero. Además, este producto sirve para estabilizar los ingresos de la generación en un mercado bastante fluctuante en cuanto a los precios de la energía.
Dentro de sus posibles desventajas, está conseguir terceros verificadores de la data contra la cual se determinan los pagos. Hay lugares en donde no existe data o esta no es confiable, y eso dificulta la aplicación del pago.
BNamericas: En el sector eléctrico de Chile, ¿qué tipos de riesgos climáticos enfrentan las empresas generadoras y de transmisión?
Brandt: Claramente, el sector generación de electricidad es uno de los más afectados por el cambio climático. La generación de electricidad depende en gran medida del clima. El caso más concreto es la hidroelectricidad, que va a depender de los flujos de agua en un cauce determinado, el cual se verá afectado por las sequías. Recordemos que la zona central de Chile, con la excepción de este y el año pasado, lleva 13 años de sequía. Y si uno observa los nuevos proyectos de generación, hay muy pocos con proyectos hidroeléctricos, y los que existen son muy pequeños. Recordemos que la capacidad instalada de hidroelectricidad es de 7.515 MW, lo que representa un 20,4 % de toda la capacidad instalada del Sistema Eléctrico Nacional.
En relación con la energía solar, [el riesgo] es más acotado, pero de igual manera hay zonas donde ya se aprecian menores días de sol, lo cual influye en la radiación solar.
BNamericas: Los derivados meteorológicos no parecen ser un tema muy comentado en Chile. Sin embargo, ¿cuánto potencial ve para este tipo de producto? ¿Cuáles podrían ser algunas de las principales barreras para su adopción a gran escala?
Brandt: No veo un interés concreto en Chile sobre este tipo de productos, pese a que la amenaza y riesgo son cada vez más evidentes en nuestro país, por las razones indicadas más arriba. El sector agrícola, por ejemplo, sufrió pérdidas por US$ 1.000 millones en el primer semestre de 2023, según un estudio de Colliers International sobre el impacto financiero generado por desastres naturales.
Un reciente estudio de S&P Global indica que las grandes compañías proyectan pérdidas por US$ 1,2 billones derivadas de riesgos físicos; y dentro de estas industrias se mencionan las generadoras de electricidad, financieras y el sector inmobiliario.
Claramente, el cambio climático y sus efectos son un riesgo que debe ser considerado por las empresas, especialmente los riesgos físicos.
Hoy no se ve un riesgo tan concreto ni de corto plazo. Me da la impresión de que, este tipo de productos se mira más como un costo, que puede dejarme fuera de mercado, por aumentos en los precios de mis buenos y servicios ofrecidos. Tampoco existe un conocimiento acabado ni casos de éxitos que permitan replicar su aplicación en Chile.
Fuente: BNamericas
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