Para las entidades aseguradoras es esencial la evaluación del riesgo climático. Actualmente, se enfrentan a pérdidas crecientes por la recurrencia de eventos climáticos extremos.
Las aseguradoras deben abordar el impacto climático desde una doble perspectiva: la social, evaluando el impacto del cambio climático en el entorno, y la empresarial, intentando predecir los siniestros que este cambio genera.
Aumenta el riesgo
Ya en 2019 el Banco de Inglaterra avisaba de que el cambio climático representa un riesgo financiero por la creciente frecuencia y gravedad de las catástrofes medioambientales, y sus efectos sobre propiedades e infraestructuras. El incremento en los siniestros pone en riesgo las cuentas de las aseguradoras y altera los perfiles de riesgo de los asegurados.
Todos los segmentos dentro de la industria tienen un grado de vulnerabilidad. Sin embargo, basándose en los impactos medioambientales, los productos de seguros que tienen más probabilidades de verse afectados por el cambio climático son los seguros de propiedad, seguidos de los agrícolas, de ingeniería, marítimos, de aviación y de transporte.
Hemos analizado el impacto del riesgo climático físico en los seguros de hogar y cuantificado, en términos económicos, el efecto del cambio climático en el futuro del sector, aplicando diferentes escenarios.
Impacto del cambio climático
No todas las zonas del mundo están sujetas a los mismos riesgos climáticos y, dentro de un mismo país, no todas las regiones sufren los mismos riesgos con la misma intensidad. Para nuestro análisis tomamos el caso de España, donde los principales riesgos climáticos son las inundaciones, las tormentas y los temporales marinos, los fenómenos que tradicionalmente causan mayores daños a los bienes y a las personas.
Mejorar las predicciones de siniestralidad en un contexto de cambio climático es un enorme desafío. La aplicación de técnicas de aprendizaje automático permite afinar la medición de riesgos y redefinir la relación entre variables climáticas y siniestros asegurados.
Por otra parte, el uso de modelos de predicción permite estimar la frecuencia de los siniestros en función de una serie de variables meteorológicas. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC) ha definido dos escenarios climáticos posibles:
Impacto medio (RCP 4.5). Este escenario proyecta un aumento moderado de las temperaturas, con emisiones que alcanzan su pico en 2040 antes de comenzar a disminuir.
Alto impacto (RCP 8.5). Según este escenario, se anticipan aumentos significativos de temperatura y un crecimiento continuo de emisiones hasta el año 2100.
Aplicar estos escenarios permite evaluar y anticipar los riesgos asociados con el cambio climático para poder ajustar las estrategias de suscripción y fijación de precios, y mantener la rentabilidad del negocio de los seguros.
El cambio climático en dos escenarios
Encontramos una fuerte correlación entre el cambio climático y el incremento de siniestros, ya que para ambos escenarios RCP aumenta la proyección de siniestros. Así, para el periodo 2023-2052, los resultados indican que:
Bajo el escenario RCP 4.5 (aumento moderado de las temperaturas, pico de emisiones en 2040) los siniestros aumentarán un 105 %.
Bajo el escenario RCP 8.5 (elevado aumento de las temperaturas, pico de emisiones en 2100) el incremento será del 129 %, considerando que se espera que los periodos proyectados a partir del año 2040 tengan el impacto más significativo.
Además, los eventos relacionados con el viento experimentarán un crecimiento significativo, con un incremento en las pérdidas proyectadas del 180 % bajo el RCP 4.5 y del 150 % bajo el RCP 8.5. Las provincias costeras son particularmente vulnerables.
Con estas cifras, el cambio climático tendrá un impacto sustancial en la solvencia de las compañías aseguradoras, lo que las obligaría a ajustar los precios y los requisitos para suscribir una póliza de hogar. Y también condicionaría, al alza, la asignación de reservas financieras de las empresas aseguradoras.
Integrar los riesgos climáticos en la gestión de los seguros
A la vista de los resultados obtenidos, los gobiernos deben tomar medidas para que se apliquen los acuerdos de la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de reducir emisiones y mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados.
Las instituciones internacionales intentan impulsar la sostenibilidad mediante programas como los objetivos de desarrollo sostenible y el Task Force on Climate-Related Financial Disclosures, que subrayan la necesidad de incorporar consideraciones sobre sostenibilidad en la gestión del riesgo.
Una mayor concienciación sobre el impacto del cambio climático puede ayudar a tomar decisiones mejor informadas y más sostenibles. Las aseguradoras deben colaborar con gobiernos y organizaciones internacionales para mejorar tanto su preparación ante los desastres naturales como los planes de adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Además, su planificación financiera y sus estrategias de gestión de riesgos deben tomar en cuenta los riesgos climáticos para garantizar la solvencia del sector.
Las políticas de suscripción de pólizas, la gestión de riesgos y las reservas de las compañías aseguradoras deben centrarse en minimizar el impacto del cambio climático para evitar trasladar su coste económico a los asegurados o, incluso, al sistema financiero.
Fuente: The Conversation
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