Ambos huracanes provocaron que miles de personas dejaran sus hogares de manera permanente, dada la precariedad en la que quedaron sus casas tras el paso de estos dos eventos naturales.

Al puerto de Acapulco le ha llovido sobre mojado. En menos de un año, Acapulco ha sido azotado dos veces por dos distintos huracanes: Otis de categoría cinco en el 2023 y John de categoría uno en el 2024. Ambos desastres naturales dejaron al puerto prácticamente destrozado. En este artículo describo los daños y la imperante necesidad de muchos de los habitantes del puerto turístico.

El año pasado, Acapulco no se preparó para la llegada de Otis, un huracán de categoría cinco, el más agresivo dentro de la escala Saffir-Simpson. En ese momento, ningún gobierno de los distintos niveles emitió una alerta máxima hasta que ya era muy tarde, cuando se dieron cuenta que el huracán seguía tomando fuerza, pasando de un huracán categoría uno a categoría cinco en tan solo algunas horas. Esto ocasionó la pérdida de vidas humanas de al menos cincuenta fallecidos confirmados y treinta desaparecidos, según datos oficiales del gobierno de Guerrero. Existen muchas anécdotas de marineros que subieron a las distintas embarcaciones para intentar salvar algunos barcos, lanchas o yates que se encontraban en el puerto. Desafortunadamente, muchos de ellos murieron en el intento.

El caso del huracán John, en 2024, fue distinto porque la población tuvo más de tiempo para prepararse, ya que el huracán toco tierra debajo de Acapulco, en la costa chica. Aún así, el número de muertos en Guerrero ascendió a veintitrés personas. Esto se añaden a ocho muertos en los estados vecinos de Oaxaca y Michoacán. Las lluvias que arrojó el huracán John en 2024 fueron tres veces más que las del huracán Otis en el 2023. Tal diluvio dejó sumergido al puerto de Acapulco nuevamente, que apenas comenzaba a reconstruirse.

Ambos huracanes provocaron que miles de personas dejaran sus hogares de manera permanente, dada la precariedad en la que quedaron sus casas tras el paso de estos dos eventos naturales. Se sabe que al menos 80% de todas las casas habitación y distintos apartamentos a lo largo del puerto han sufrido de algún daño. Otros tantos siguen si poder regresar a sus casas, ya que hay muchas colonias que se encuentran al lado de lagos, lo que impide que las inundaciones cedan. Datos a una semana del paso del huracán John señalan que más de ocho mil personas continúan en albergues.

Por si fuera poco, hay una escasez fuerte de gas, así como la falta de recolección de basura y cortes de luz que emporan la situación del puerto de Acapulco. El gobierno de Guerrero estima las pérdidas económicas de Acapulco por ambos huracanes en al menos 50,000 millones de pesos. Esto se añade al colapso de al menos 140 tramos carreteros y 40 puentes, tras el paso del segundo huracán.

Los habitantes de las diferentes colonias en Acapulco han empezado a armarse para defenderse de la rapiña imperante en la ciudad. Aún peor, la necesidad económica de la gente ha fortalecido al crimen organizado que opera a lo largo y ancho del estado. Sin duda alguna, Acapulco vive una de sus peores etapas en la historia. Urge que todos los mexicanos nos volvamos a unir y dejamos a un lado nuestras diferencias políticas para volver a extenderle la mano a las personas que están sufriendo de los efectos de estos dos huracanes. La Cruz Roja Mexicana ha puesto a nuestra disposición sus cuentas bancarias para llevar víveres y medicamentos al puerto de Acapulco, las cuales se encuentran publicitadas en sus redes sociales.

Sin duda alguna, cualquier acto de filantropía debe de ser adicional al rescate que por obligación debe de brindar el gobierno federal al puerto de Acapulco. De hecho, el gobierno debe de plantearse la necesidad de volver a financiar los fideicomisos del Fonden, para que las agencias locales de protección civil puedan hacer frente a este tipo de eventos que cada vez se tornan más frecuentes. Con todo y sus defectos, el Fonden era un escudo más para la protección de los mexicanos, la cual se encuentra estipulada en la máxima ley del país. Mientras tanto, no queda más que desearle lo mejor a los habitantes de Acapulco.

 

Fuente: Forbes

Enlace: https://www.forbes.com.mx/el-dano-de-los-huracanes-otis-y-john-en-acapulco/