El riesgo extremo de incendios en España no es nuevo, aunque sea el peor verano de la historia. Ya en 2022 se batieron récords con el incendio de la Sierra de la Culebra, en Zamora, que pareció quedar olvidado para la clase política. Pero no para el sector financiero, que lleva años analizando esta amenaza creciente por el cambio climático y alertando de la situación.
Tanto el Banco Central Europeo (BCE) como EIOPA, supervisores europeos de bancos y aseguradoras respectivamente, han puesto el foco en las implicaciones del cambio climático para la estabilidad del sector financiero y las potenciales pérdidas para las entidades. Los incendios figuran como un elemento de riesgo cada vez más importante, especialmente en España.
Así, bancos y aseguradoras han ido incrementando en los últimos años el análisis de los riesgos de incendios, con España a la cabeza en Europa, como han venido alertando los supervisores. Asimismo, desde el sector financiero se considera que la sociedad no era consciente, al menos hasta ahora, de esta amenaza.
“La sociedad española, en general, no es muy sensible frente al riesgo de incendio, mientras que sí que lo es frente a otro tipo de riesgos”, señaló Isolina Martínez, presidenta de APICI (la Asociación de Profesionales de Ingeniería de Protección Contra Incendios), en una entrevista realizada por Mapfre, aseguradora española líder que cada vez está analizando más los riesgos climáticos y advirtiendo sobre ellos. No en vano, ha tenido que afrontar como aseguradora desastres naturales cada vez más recurrentes, que van desde la Dana en el este de España a inundaciones en Estados Unidos.
Los supervisores han empujado a las entidades a incrementar el análisis. Los bancos han creado equipos internos para examinar los riegos climáticos, y en los últimos años se han encontrado con que destaca el riesgo de incendios. Ya lo advirtió el BCE en un informe publicado en 2021, que fue el pistoletazo de salida a los test de estrés climáticos, en los que la banca española parte con mayores riesgos, precisamente, por la amenaza de incendios. Test de estrés que el BCE aspira a que sean cada vez más exigentes y vinculantes para la gestión de riesgos de los bancos.
En aquel estudio, el banco central publicó un mapa de riesgos en el que ya reflejaba que Portugal y España tienen un riesgo latente de incendios forestales, como los que están ocurriendo este verano de forma masiva y que ya han calcinado más de 350.000 hectáreas, con miles de personas evacuadas o confinadas.
La península ibérica aparece llena de puntos rojos (zonas de riesgo elevado de incendios) en el mapa del BCE. “Los bancos localizados en el sur de Europa están significativamente más expuestos a riesgos físicos (…). El riesgo físico también está extremadamente concentrado en áreas específicas: el 22% de las exposiciones bancarias de la zona euro se ven afectadas por un alto riesgo físico, principalmente debido a los incendios forestales que afectan a los países del sur de Europa”, señaló el informe.
El primer análisis de riesgos climáticos ya puso el foco en la amenaza de incendios forestales en España, que considera que es creciente por el cambio climático. Tampoco ayudan la falta de políticas coordenadas, ni la despoblación de zonas donde hay más riesgo.
No obstante, en los test de estrés de 2022 se acabó primando más la exposición de los balances bancarios a empresas contaminantes, y como las entidades españolas tienen mayor inversión crediticia en renovables, salieron mejor paradas que la media europea. Para futuros test de estrés climáticos, tras lo ocurrido con la Dana y con los incendios de este verano, se espera que ganen peso los riesgos físicos y que esto penalice a los bancos, que podrían verse exigidos de más capital de forma indirecta, a través de las revisiones anuales (SREP).
El supervisor europeo de seguros, EIOPA, también ha alertado del fenómeno de incendios forestales. En este caso, en un informe de 2022 situó a España como uno de los países donde hay más riesgo de incendios, y a futuro aumenta el riesgo por el cambio climático, al nivel de Portugal y Grecia, y más que en el resto de Europa.
No obstante, España no está a la cabeza de potenciales daños materiales, dado que, en otros países como Francia o Alemania, aunque hay menor amenaza de incendios, estos ponen en riesgo más pérdidas materiales por ser zonas menos despobladas. En total, EIOPA calcula que el valor de restablecer todos los bienes materiales amenazados por incendios en Europa asciende a 17,7 billones (millones de millones) de euros.
El riesgo extremo de incendios en España no es nuevo, aunque sea el peor verano de la historia. Ya en 2022 se batieron récords con el incendio de la Sierra de la Culebra, en Zamora, que pareció quedar olvidado para la clase política. Pero no para el sector financiero, que lleva años analizando esta amenaza creciente por el cambio climático y alertando de la situación.
Fuente: El Confidencial
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