Según el último Informe Mundial sobre Seguros de Vida 2026 de Capgemini y Limra, los consumidores menores de 40 años están alejándose de los seguros de vida tradicionales. Los principales motivos incluyen que estos seguros no se alinean con su momento vital actual (32%), el elevado precio de las primas (28%) y la ausencia de beneficios inmediatos (25%).
A pesar de que un 68% de estos jóvenes adultos considera que los seguros de vida son fundamentales para asegurar un futuro financiero estable, perciben que las propuestas actuales no satisfacen sus necesidades financieras primordiales, complicando su contratación.
Además, el 25% de los encuestados expresó su rechazo a estos seguros debido a la falta de transparencia y la complejidad en el lenguaje utilizado, factores que dificultan la comprensión y utilización de las pólizas. El estudio, que contó con la participación de más de 6.100 personas de entre 18 y 39 años en 18 mercados, reveló que los jóvenes buscan gratificaciones a corto plazo a través de beneficios que puedan disfrutar continuamente y que generalmente no se incluyen en las pólizas tradicionales.
Estos menores de 40 años están posponiendo, o incluso descartando, las razones convencionales para adquirir un seguro de vida: un 63% no tiene planes próximos de casarse y un 84% no tiene planes inmediatos de tener hijos.
De acuerdo con el documento, los millennials y la generación Z esperan recibir una herencia promedio de 106.000 dólares (89.780 euros). A medida que esta transferencia de riqueza se desarrolla, los seguros de vida continúan siendo una opción atractiva para estos capitales, siendo considerados por el 40% de los jóvenes adultos como el tercer pilar más importante de su estrategia de inversión patrimonial, después de las rentas vitalicias y por delante de las acciones y los ahorros en efectivo.
Según Samantha Chow, directora Global del sector de seguros de vida de Capgemini, el sector «no puede depender únicamente de la protección tradicional por fallecimiento para asegurar su futuro», sino que es crucial incorporar gratificaciones a corto plazo y productos innovadores «comunicando su valor de manera que conecte con los asegurados del futuro».
Los ejecutivos del sector a nivel global reconocen el envejecimiento de la población y el aumento de la longevidad (64%), el retraso en los hitos vitales (53%) y la incertidumbre económica continua (51%) como factores claves en sus estrategias a largo plazo.
BENEFICIOS EN VIDA
Los consumidores más jóvenes exigen un acceso fácil a «beneficios en vida» que complementen sus trayectorias vitales, como incentivos por mantener hábitos saludables o cobertura para tratamientos de fertilidad. Bryan Hodgens, vicepresidente sénior y director de Investigación de Limra, señaló que las aseguradoras requieren «una estrategia diferente» para comercializar seguros de vida a las generaciones más jóvenes, asegurando que estos sean accesibles y asequibles, y que se reinventen para responder a las prioridades contemporáneas de estos adultos.
Además, el informe indica que el 44% de los empleados con una póliza colectiva busca cobertura que les acompañe al cambiar de empleo, aunque solo el 19% de las aseguradoras ofrece esta opción. Un complejo proceso de conversión limita la portabilidad y retención de clientes a largo plazo, forzando a muchos a modificar sus pólizas al cambiar de trabajo.
Finalmente, un 59% de los menores de 40 años prefiere interactuar digitalmente con las aseguradoras, pero solo el 31% de estas dispone de las plataformas necesarias. Esta brecha se amplía con las tecnologías avanzadas: un 77% de los consumidores desea recomendaciones basadas en datos, pero solo el 16% de las aseguradoras las proporciona a gran escala.
Fuente: Democrata
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