La temporada de lluvias en el país no solo trae consigo estragos climáticos, sino también un aumento significativo en los riesgos viales.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), aunque el primer trimestre del año ha sido el más lluvioso, se espera que en abril la situación se mantenga, lo que ya ha generado preocupación en materia de seguridad vial.
Walter Solórzano, gerente en una aseguradora, advierte que las precipitaciones intensas afectan tanto a la infraestructura vial como a la conducción segura, provocando un “costo oculto” que se refleja en vidas humanas, lesiones y pérdidas económicas.
En Quito, los efectos ya son evidentes. Durante los tres primeros meses de 2024, se registraron 869 siniestros de tránsito, una cifra superior a la de años anteriores, según datos de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).
Las condiciones adversas como lluvia, niebla y neblina se han convertido en la quinta causa principal de accidentes de tránsito en la capital.
Las lluvias intensas generan superficies resbaladizas y reducen la visibilidad, incrementando la probabilidad de colisiones, volcamientos y salidas de vía. Estos incidentes no solo causan daños materiales, sino que también provocan lesiones graves e incluso pérdidas humanas.
Desde la industria aseguradora también se perciben los efectos de la siniestralidad. Según datos de Latino Insurance, las primas emitidas en el mercado ecuatoriano ascendieron a USD 414,7 millones en 2024, superando los USD 403,6 millones de 2023, lo que refleja un crecimiento en la contratación de seguros, impulsado en parte por una mayor conciencia de los riesgos viales.
Para reducir el impacto de las lluvias en la seguridad vial, Solórzano recomienda medidas preventivas clave:
Reducir la velocidad al conducir en condiciones de lluvia.
Mantener el vehículo en buen estado, con especial atención a neumáticos, frenos y limpiaparabrisas.
Aumentar la distancia de seguridad con otros vehículos.
Usar las luces bajas para mejorar la visibilidad.
Además, destaca la importancia de contar con un seguro vehicular adecuado, que incluya cobertura por desastres naturales, asistencia en carretera y beneficios como el vehículo de reemplazo.
La responsabilidad de reducir la siniestralidad recae en todos los actores viales. En esta época de lluvias, la prevención es clave para salvar vidas y evitar pérdidas mayores.
Fuente: Ecuavisa
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