Expertos de ambos países advierten de los riesgos de copiar el modelo bancario y abogan por más pruebas, prudencia normativa y atención a la protección de datos.
En el panel "Seguros Abiertos: Desafíos y Oportunidades para Brasil y Francia", celebrado durante el I Foro de Seguros Brasil-Francia en París, representantes de las confederaciones de seguros de ambos países señalaron que, aunque los seguros abiertos representan una oportunidad para aumentar la competencia y personalizar los productos, su implantación aún se enfrenta a barreras técnicas, regulatorias y culturales, y no debe limitarse a copiar el modelo de banca abierta.
Moderado por Roberto Santos, presidente del Consejo de Administración de CNseg, el debate reunió a Alexandre Leal, director técnico de CNseg, y Jérôme Balmes, director digital de France Assureurs. Ambos destacaron la importancia de construir un ecosistema de intercambio de datos más realista y progresivo, basado en pruebas concretas de valor para el consumidor.
"El controlador hizo Ctrl C + Ctrl V del modelo bancario al sector asegurador, pero son mercados diferentes", criticó Roberto Santos. "El consumidor de seguros tiene un comportamiento diferente. Ya hemos gastado miles de millones en Seguros Abiertos y hasta ahora no hay resultados claros. Dentro de cuatro años, quizá tengamos algo estructurado. Hoy no existe un verdadero intercambio de datos en el mundo de los seguros".
Jérôme Balmes reforzó la advertencia: "Europa mira a Brasil como laboratorio de pruebas para el Open Insurance, pero no debemos copiar el modelo bancario. Los retos son diferentes. Necesitamos pruebas, proyectos piloto y, sobre todo, prudencia. Es una propuesta ambiciosa que, mal ejecutada, podría exponer los datos de los ciudadanos a riesgos cibernéticos."
Según él, Francia está debatiendo sobre los Seguros Abiertos en el marco más amplio de las Finanzas Abiertas de la Unión Europea, pero existe una fuerte resistencia por parte de algunos actores del sistema. "Los datos de los ciudadanos son preciosos y no pueden abrirse sin juzgarlos. Lo que falta en la mentalidad reguladora es reconocer que esta apertura conlleva riesgos. Si el mercado de intercambio de datos existiera, ya habría surgido orgánicamente", afirma Balmes.
Alexandre Leal recordó que Brasil es pionero en la creación del Seguro Abierto bajo el liderazgo de Susep, pero los retos son grandes. "El solapamiento de las entregas, el apretado calendario de 18 meses y la falta de un entorno de pruebas dificultaron mucho la adopción. La primera demanda de las startups definitivamente autorizadas fue abandonar Open Insurance. Esto debe evaluarse cuidadosamente".
Según Leal, existen riesgos de aumento de costes y concentración del mercado. "Se ha creado un nuevo intermediario, el SPOC, que tiene un coste y puede, en la práctica, aumentar el precio de los productos en lugar de reducirlo. Además, dos empresas ya poseen la mayoría de las autorizaciones, lo que suscita inquietudes en términos de competencia".
El papel de los intermediarios también fue tema de debate. "El discurso de la desintermediación sugiere que el cliente elegirá por su cuenta la aseguradora más barata, sin evaluar la protección ofrecida", comentó Santos. "Esta lógica ignora la función de asesoramiento de los corredores y puede perjudicar al cliente. Automatizar la búsqueda del precio más bajo no conduce necesariamente a la mejor elección."
Leal argumentó que también hay que tener en cuenta el punto de vista de las aseguradoras. "Todavía no tenemos pruebas de que Open Insurance haya reducido los precios o aumentado la competitividad. Los participantes abogaron por un enfoque coordinado entre países, centrado en la colaboración reguladora y la escucha activa de las partes interesadas. "Necesitamos un discurso común entre Brasil y Francia: más prudencia, más pruebas, más diálogo con el mercado", concluyó Balmes.
Fuente: Sonho Seguro
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