El regulador ha creado un entorno con normas de capital más laxas para que surjan nuevas aseguradoras y prueben productos que el mercado no ofrece
El proyecto de la Superintendencia de Seguros Privados (SUSEP) para introducir nuevas aseguradoras e innovaciones en el mercado ha llegado a su tercera edición con efectos iniciales en el primer frente e importantes avances en el segundo. Aunque todavía representan una pequeña porción del mercado, las empresas que participan en el programa han abierto vías de crecimiento hasta ahora inexploradas. Al mismo tiempo, han generado un movimiento de ola que ha tecnificado a las aseguradoras.
El objetivo de la SUSEP con el llamado sandbox regulatorio es aumentar el acceso de los brasileños a los seguros, un sector que tiene una participación anual del 6% en la economía, inferior a la de los países desarrollados. El regulador ha creado un entorno con normas de capital más blandas para que surjan nuevas aseguradoras y prueben productos que el mercado no ofrece, ya sea por la inviabilidad de los modelos de distribución tradicionales o porque se centran en un público que no compra seguros.
"En el sandbox, la aseguradora puede probar el producto basándose en requisitos regulatorios más flexibles, y entrar en nichos en los que las aseguradoras no entrarían de forma natural", explica la directora de Infraestructuras de Mercado y Supervisión de Conducta de Susep, Julia Normande Lins. El nombre de sandbox está tomado del mundo de la tecnología, donde se designan espacios de prueba.
Desde el inicio del proyecto, en 2020, las empresas participantes en las dos primeras ediciones han recaudado 160,9 millones de reales con la venta de seguros. A modo de comparación, el mercado de seguros recaudó 209.600 millones de reales solo en los seis primeros meses de este año.
Aunque el tamaño de estas empresas sea aún minoritario, la SUSEP ve resultados importantes en otros frentes. El director menciona que la tasa de éxito del proyecto es superior a la observada entre las start-ups, y que el trabajo de los nuevos agentes también ha dado un impulso a las aseguradoras tradicionales. "Hoy, la aseguradora asigna el valor del seguro de forma más clara. En lugar de evaluaciones de riesgo colectivas, las empresas pueden individualizarlas", afirma Lins.
Luciana Dias Prado, socia de Seguros, Reaseguros y Pensiones Privadas del bufete Lefosse, afirma que la llegada del sandbox ha hecho que las aseguradoras estén más atentas a los efectos de las herramientas tecnológicas en el mercado.
"Esto es ciertamente visible en la distribución, y también en el formato de los productos". Como ejemplos, menciona los seguros paramétricos, en los que la indemnización se paga en función de una determinada intensidad preacordada de un fenómeno natural, y también los seguros con cobertura temporal.
Thomaz Kastrup, socio de seguros de Machado Meyer, cree que el mayor mérito del proyecto es que aporta nuevos actores al mercado de seguros. "Y ha aportado nuevas ideas, algunas de las cuales habían sido aireadas en el mercado, pero que no habían tenido la bandera izada por ningún incumbente [compañía tradicional] para que se convirtieran en práctica".
Dentro y fuera
Incluso las aseguradoras tradicionales participaron en el proyecto. "El sandbox nos permite ser más libres", dice Leonardo Lourenço, responsable de Simple2U, que pertenece a Mongeral Aegon (MAG). En agosto, Simple se convirtió en una de las cuatro empresas del programa que obtuvieron una licencia definitiva.
Simple se ha convertido en un canal para llegar a un público que MAG no atiende en los ramos de vida y pensiones, en los que opera. La nueva empresa vende seguros para smartphones, bicicletas y accidentes personales, y cuenta con unas 22.000 pólizas. Estos seguros funcionan bajo demanda, lo que en el mercado se llama "on and off". En los contratos tradicionales, el plazo lo fija la aseguradora.
Un modelo similar es el de IZA, que también obtuvo su licencia definitiva. La empresa vende seguros de accidentes personales centrados en los repartidores de apps, con cobertura válida durante las entregas. El modelo cobró fuerza con la ley federal de 2022 que obliga a las empresas de reparto a contratar un seguro de vida para sus mensajeros.
"Nacimos con una estrategia de nuevo entrante en un segmento que nadie miraba, que es el de los autónomos y sobre todo la última milla del reparto", dice el fundador y CEO de la compañía, Gabriel de Ségur de Charbonnières. Con su expansión a nuevos negocios, IZA espera alcanzar los 60 millones de reales de ingresos este año.
Otra empresa que busca convertirse en aseguradora permanente es Split Risk, que vende seguros de automóviles de hasta 30 años, en planes de prepago y renovación mensual. "Casi el 70% de nuestros clientes no tenían ningún producto de seguros", afirma Pedro Pires, Consejero Delegado de la empresa.
Split recaudó 21,8 millones de reales con el producto en la primera mitad del año, lo que la convierte en la mayor empresa del sandbox en este momento. "Teníamos algunas dudas sobre el modelo, y el sandbox era ideal para hacer pruebas". La licencia definitiva permitirá ampliar el negocio.
Fuente: Mercado e Consumo
Proveemos información Técnica y Financiera del Mercado Asegurador