Los eventos climáticos, los robos y los sismos son solo algunas de las amenazas que enfrentan las viviendas en nuestro país, marcado por su geografía extrema y su alta actividad sísmica.
En este contexto, contar con un seguro de hogar se ha convertido en una prioridad para muchas familias que buscan proteger su patrimonio y evitar gastos inesperados.
Según la Asociación de Aseguradores de Chile (), un seguro de hogar no solo ofrece cobertura frente a robos o incendios, también protege contra daños provocados por desastres naturales, como terremotos, incendios forestales e incluso filtraciones o goteras ocasionadas por lluvias intensas.
Además, estos seguros pueden incluir la reparación o reemplazo de electrodomésticos, muebles y otros bienes esenciales en el hogar.
Según el estudio “Seguridad y Protección: Lo que los latinoamericanos protegen en el hogar”, realizado por Chubb, el 57% de los encuestados considera la estructura y construcción de su casa como su principal preocupación. Le siguen los documentos importantes y los equipos electrónicos, ambos con un 41% de prioridad.
El temor a dejar la casa sola durante vacaciones o viajes de trabajo es una realidad muy presente: el 72% de los consultados se mostró “muy preocupado” o “bastante preocupado” por posibles robos o daños. Para contrarrestar este miedo, el 86% señaló que prefiere dejar su casa encargada a un tercero, mientras que el 33% utiliza cámaras de seguridad. Sin embargo, solo el 15% ha optado por contratar un seguro de hogar como medida de protección adicional durante sus ausencias.
Aspectos clave al contratar un seguro de hogar
En un país sísmico como Chile, la cobertura ante terremotos figura como uno de los puntos más valorados al contratar un seguro. También resulta esencial contar con protección ante incendios, robos y filtraciones, fenómenos cada vez más comunes debido al cambio climático y al crecimiento urbano.
Al momento de elegir una póliza, es recomendable verificar los siguientes puntos:
Que incluya cobertura para el contenido interior de la vivienda (muebles, electrodomésticos, etc.) y, si es posible, para la estructura.
Confirmar la cobertura por robos dentro del inmueble.
Revisar si contempla servicios de asistencia adicionales, como cerrajero, plomería o gasfitería, que pueden ser de gran ayuda en emergencias cotidianas.
Verificar si se cubren roturas de cristales y ventanas.
Asegurarse de que cuente con cobertura de responsabilidad civil, para protegerse frente a daños a terceros.
Conocer en detalle las exclusiones y limitaciones de la póliza.
Por lo general, estos seguros no requieren periodos de carencia y presentan deducibles que van desde el 1% al 2% de la suma asegurada en coberturas catastróficas, con un mínimo definido por cada compañía. En el caso de robos, el deducible suele ser del 10% de la pérdida.
Además, muchas pólizas incluyen servicios de asistencia que marcan la diferencia en el día a día, como el envío de un cerrajero en caso de quedar fuera de casa o el servicio de gasfitería para reparar filtraciones inesperadas.
Finalmente, es importante consultar si estas asistencias implican costos adicionales y cuántas intervenciones están cubiertas al año. Evaluar estos detalles puede evitar sorpresas desagradables y asegurar una experiencia satisfactoria con el seguro contratado.
En definitiva, invertir en un seguro de hogar no solo significa proteger bienes materiales: es una forma de cuidar la tranquilidad y estabilidad de toda la familia, especialmente en un país donde los desastres naturales y otras emergencias pueden ocurrir en cualquier momento.
Fuente: Portal Innova
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