Pese a un eventual retiro AFP, la deuda privada estructurada (fuera de la banca), aún liderada por las AFP, sigue ganando espacio en empresas. Todavía quedan US$900 millones listos por invertir y margen de colocación en los próximos dos años, mientras las AFP se recuperan.
Carlos Blanco, director general de Deuda Privada en Credicorp Capital, aseguró que la deuda privada estructurada se mantiene como una alternativa en expansión para financiar a empresas peruanas, incluso en un contexto incierto para las administradoras de fondos de pensiones (AFP) frente a un potencial octavo retiro de fondos.
La deuda privada estructurada, que ha registrado un importante crecimiento en las últimas dos décadas, es una forma de financiamiento que no pasa por los bancos ni por la bolsa. Según apunta Blanco, se trata de préstamos que ofrecen fondos de inversión directamente a empresas, con plazos largos y condiciones más flexibles que los créditos bancarios, los cuales están sujetos a coyunturas buenas o adversas.
De las 2 millones 400.000 empresas que operan en el Perú, este mecanismo se dirige solo a compañías medianas (4.717) y grandes (14.152) que necesitan capital para invertir o reorganizar sus deudas sin depender del sistema financiero tradicional.
US$ 900 millones por invertir
A pesar del entorno incierto, los fondos de deuda privada tienen todavía espacio para crecer. Credicorp Capital indicó que actualmente existen US$1.500 millones comprometidos por inversionistas, pero solo se han colocado US$600 millones. Es decir, quedan US$900 millones disponibles para seguir invirtiendo. ¿Qué implica? Que los 12 fondos de deuda privada aún se encuentran en etapa activa de inversión y conservan una capacidad para movilizar capital en los próximos meses. “Los fondos tienen un espacio de inversión súper relevante hacia adelante”, indicó Blanco.
Recordó que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) manejaban un portafolio de inversiones que alcanzaban los US$52.000 millones en 2019 (equivalentes al 22,2% del PBI), pero tras la pandemia y los siete retiros AFP permitidos por ley, ese monto se redujo a US$29.000 millones, lo que implicó una pérdida acumulada de US$23.000 millones. Ahora, a puertas de un eventual octavo retiro AFP, que se cocina en el Congreso, el fondo podría reducirse a US$21.000 millones.
A pesar de esta caída, el fondo del Sistema Privado de Pensiones (US$29.000 millones) sigue siendo mayor que el del sistema de seguros (US$18.000 millones), aunque ambos montos ya empiezan a acercarse.
“Si se da ese retiro (AFP) el tamaño de ambos tipos de inversionistas —AFP y aseguradoras— se va a acercar muchísimo, y eso es preocupante porque le va a dar mucho menos espacio a los inversionistas institucionales y a las AFP en particular para poder realizar este tipo de inversiones que son importantes para el desarrollo y que canalizan dinero a la economía real”, advirtió.
Deuda privada: aseguradoras toman impulso en inversión
Aunque las AFP aún lideran la inversión en deuda privada estructurada —con US$312 millones en 2024—, las compañías de seguros han incrementado de forma sostenida su participación y hoy superan a las AFP en el monto total invertido en deuda privada (US$350 millones frente a US$342 millones).
Si bien su inversión en deuda estructurada aún es menor (US$201 millones), el salto frente a los US$34 millones de 2020 revela un crecimiento agresivo y sostenido. Frente a un posible nuevo retiro de las AFP, las aseguradoras estarían en condiciones de ganar protagonismo en el financiamiento de empresas peruanas, aunque todavía sin reemplazar por completo la profundidad de inversión de las AFP en este tipo de instrumentos estructurados.
“Si bien hay esta potencial amenaza (de un retiro AFP) creemos que hay un espacio suficiente y hay dinero comprometido suficiente para que pueda ser invertido en los próximos dos años, dándoles ese espacio a que las AFP se puedan recuperar y acompañar ese crecimiento”, afirmó.
¿Qué se espera para el 2026?
Credicorp Capital observa que las empresas están interesadas en endeudarse porque las tasas han bajado y la economía se ha estabilizado. Sin embargo, se sienten cautelosas por el contexto electoral
"Vemos a compañías dispuestas a asumir nuevos créditos por caídas de tasas y mejor coyuntura local, pero están temerosas por el año electoral 2026, donde las compañías retraen sus inversiones. Sin embargo, la deuda privada funciona en épocas de crecimiento y de no crecimiento", indicó el directivo.
Debido a que la deuda privada estructurada ofrece financiamiento con largos plazos y periodos de gracia, a fin de que las compañías no se vean asfixiadas en un año de incertidumbre, al menos en el caso de Credicorp, ha tenido mayor acogida entre empresas medianas y grandes de sectores como servicios, construcción, retail, hotelería e inmobiliario, que buscan capital para expandirse o fortalecer su estructura financiera. "Como manejamos en soles, tenemos muchas empresas involucradas en economía local", indicó. A diferencia de los exportadores —que suelen optar por préstamos en dólares.
“Ahora mismo, podemos estructurar transacciones a nueve años de plazo con tres años de periodo de gracia. Así darles espacio a empresas que en estos momentos no quieren que les apriete la caja en un periodo electoral y puedan comenzar a pagar a partir del 2027 o 2028", aseveró.
Fuente: La República
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