Basado en índices climáticos, el recurso ha surgido como una herramienta innovadora de gestión de riesgos, que ofrece una alternativa ágil y transparente al modelo tradicional de seguros agrarios.
El sector agrícola brasileño, responsable de una parte significativa del PIB y de las exportaciones del país, se enfrenta constantemente a los retos que plantean las variaciones climáticas. Sequías prolongadas, heladas tardías, lluvias excesivas y otros fenómenos meteorológicos representan riesgos sustanciales que pueden poner en peligro cosechas enteras y la sostenibilidad económica de los productores rurales. En este contexto, los seguros paramétricos basados en índices climáticos han surgido como una herramienta innovadora de gestión de riesgos, ofreciendo una alternativa ágil y transparente al modelo tradicional de seguros agrarios.
A diferencia del seguro rural convencional, que requiere la prueba y evaluación de las pérdidas reales a través de peritajes, el seguro paramétrico utiliza parámetros climáticos objetivos y previamente establecidos, como el volumen de precipitación acumulada, la temperatura, la humedad relativa y los índices de vegetación obtenidos por satélite. El pago de la indemnización se produce automáticamente cuando se alcanza el umbral contratado, sin necesidad de inspección in situ.
El funcionamiento es sencillo y directo: el asegurado y la aseguradora acuerdan unos índices climáticos específicos para cada cultivo y región; los datos se recogen de fuentes independientes, como el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), estaciones meteorológicas automáticas, sensores remotos o imágenes de satélite; y una vez alcanzado el trigger predefinido, el pago se tramita automáticamente, sin necesidad de inspección sobre el terreno.
Las ventajas para los productores rurales son notables. La principal es una compensación más rápida, que puede tener lugar entre 24 y 72 horas después de que se alcance el disparador, lo que permite a los productores rurales tomar decisiones inmediatas, como replantar, comprar insumos para recuperar o mitigar las pérdidas financieras durante el ciclo de producción. También hay una mayor transparencia y previsibilidad, con términos contractuales claros basados en datos públicos y verificables, lo que elimina las disputas sobre el alcance de las pérdidas y reduce significativamente el tiempo que se tarda en resolver las reclamaciones.
Esta modalidad puede ser más accesible a pequeños productores y regiones tradicionalmente desatendidas por el seguro rural tradicional, como áreas fuera de la Zonificación de Riesgo Climático Agrícola o propiedades en lugares de difícil acceso para la medicina forense. Además, el gobierno brasileño, a través del Programa de Subsidio a la Prima del Seguro Rural (PSR), ha incentivado esta modalidad, ofreciendo subsidios de hasta el 45% de la prima para determinadas actividades y regiones, haciéndola aún más atractiva económicamente.
Sin embargo, el principal reto técnico es el riesgo de base, especialmente relevante en la agricultura debido a la variabilidad espacial y temporal de los fenómenos climáticos. Este riesgo se manifiesta geográficamente cuando una estación meteorológica está lejos de la explotación y las condiciones climáticas varían significativamente incluso en distancias relativamente cortas; temporalmente cuando los periodos críticos para cada cultivo no coinciden exactamente con los periodos de medición del índice; y por tipo de cultivo cuando las diferentes variedades, tecnologías de producción y prácticas de gestión dan lugar a respuestas diferentes a los mismos parámetros climáticos.
En el contexto de la agroindustria brasileña, el punto más complicado para la plena implantación del seguro paramétrico radica en la adaptación del marco regulatorio de la Superintendencia de Seguros Privados (Susep) y del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) a una modalidad que difiere fundamentalmente del modelo tradicional de seguro rural.
La legislación brasileña de seguros rurales se construyó sobre el principio de indemnizar pérdidas reales, comprobadas por informes técnicos y pericia agronómica. El seguro paramétrico, al pagar en función de factores climáticos desencadenantes independientemente de las pérdidas reales, crea un desafío jurídico fundamental para su marco legal.
Brasil, con sus dimensiones continentales y su gran diversidad climática, se enfrenta a importantes retos en términos de calidad y densidad de su infraestructura de datos meteorológicos. La heterogeneidad y, en muchas regiones rurales, la escasez de estaciones meteorológicas de alta calidad dificultan la obtención de series históricas coherentes y representativas. Esta limitación en la infraestructura de datos agrava el riesgo de base y hace que la modelización y la calibración de los factores desencadenantes sean más complejas y costosas, especialmente para los cultivos y las regiones con datos históricos limitados.
La armonización con los programas gubernamentales existentes, como el Programa de Garantía de la Actividad Agraria (Proagro) y el Programa de Subvención de Primas de Seguros Rurales (PSR), representa otro reto normativo, con cuestiones sobre complementariedad, solapamiento de coberturas y tratamiento fiscal de las indemnizaciones que requieren claridad normativa.
La SUSEP y el MAPA también se enfrentan al reto de garantizar que los productos paramétricos sean justos y adecuados a las necesidades de los productores rurales, incluida una definición clara de los activos asegurables en el contexto agrícola, el cálculo de las reservas técnicas adecuadas para los riesgos climáticos, la transparencia en la comunicación sobre las limitaciones y el riesgo base, y los mecanismos de resolución de conflictos específicos del sector rural.
La complejidad del concepto de seguro paramétrico y riesgo base requiere un esfuerzo importante para educar a los productores rurales, los técnicos agrícolas y los canales de distribución. La falta de comprensión puede generar desconfianza y limitar la adopción, a pesar de los evidentes beneficios.
Las perspectivas de futuro para la agroindustria brasileña son prometedoras. El desarrollo de tecnologías como sensores IoT (Internet de las Cosas) en el campo, imágenes satelitales con alta resolución temporal y espacial, y modelos de inteligencia artificial promete mitigar significativamente el riesgo base y mejorar la precisión de los productos paramétricos.
A su vez, en un escenario de cambio climático, con eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos, el seguro paramétrico se está convirtiendo en una herramienta esencial para la resiliencia de la agroindustria brasileña. Proyectos de ley como el PL 2951/2024 también buscan fortalecer el mercado de seguros rurales y mejorar la gestión de riesgos en el campo, creando un entorno más favorable para innovaciones como el seguro paramétrico.
Así, la creciente digitalización del agronegocio brasileño, con la adopción de la agricultura de precisión y el monitoreo por satélite, crea un ambiente favorable para la expansión del seguro paramétrico, que se beneficia directamente de estas tecnologías.
La aplicación es amplia: en cultivos anuales como la soja y el maíz, protege contra sequías en etapas críticas; en el algodón, cubre las lluvias en la cosecha; y en el arroz, protege contra la falta de agua en cultivos de secano. En los cultivos perennes, como el café y los cítricos, cubre contra las heladas y los fenómenos extremos; en la caña de azúcar, contra la sequía y el exceso de lluvia. En ganadería, puede utilizarse para controlar los pastos mediante índices de biomasa por satélite o para cubrir riesgos en los cebaderos.
De esta forma, el seguro paramétrico basado en índices climáticos representa una poderosa herramienta para reforzar la resiliencia de la agroindustria brasileña frente a los crecientes desafíos climáticos. Su capacidad para ofrecer indemnizaciones rápidas y transparentes puede transformar la gestión de riesgos en el campo, especialmente para los pequeños y medianos productores.
Sin embargo, para que esta modalidad alcance todo su potencial en el sector rural brasileño, es imperativo que el país desarrolle un marco legal y regulatorio específico y robusto que aborde las particularidades del sector agrícola, garantice una protección adecuada para los productores rurales y promueva la inversión en la infraestructura de datos climáticos necesaria.
Por último, la plena realización del potencial de los seguros paramétricos en la agroindustria brasileña dependerá de un esfuerzo coordinado entre reguladores, aseguradoras, proveedores de datos climáticos y representantes del sector rural para modernizar el entorno normativo y crear las condiciones necesarias para esta revolución en la gestión de riesgos agrícolas. Sólo con un entorno legal favorable y una infraestructura de datos robusta será posible cosechar los frutos de esta innovación en seguros, contribuyendo a la sostenibilidad y competitividad de la agroindustria brasileña en el escenario global.
Fuente: O Presente Rural
Proveemos información Técnica y Financiera del Mercado Asegurador