El debate sobre la financiación y la adaptación climáticas ha cobrado urgencia ante la creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos. Entre 2000 y 2019, los desastres climáticos generaron pérdidas medias anuales de 143.000 millones de dólares para la economía mundial, según un estudio publicado por Nature Communications. Este escenario pone de manifiesto la necesidad de contar con instrumentos financieros capaces de ofrecer previsibilidad y una respuesta rápida en un contexto de creciente volatilidad climática.
Para Eduardo Lucena, director general adjunto de Lockton, la integración de la sostenibilidad y la resiliencia se ha convertido en algo estratégico. "Se refuerza la urgencia de integrar la sostenibilidad y la resiliencia en todas las decisiones económicas. Con los seguros paramétricos, es posible alinear la protección financiera con la estrategia ESG de las empresas, transformando los datos climáticos en decisiones ágiles y fiables", afirma.
En este contexto, el seguro paramétrico se consolida como alternativa a los modelos tradicionales. A diferencia de los seguros convencionales, el pago de indemnizaciones se activa automáticamente cuando se alcanzan parámetros previamente definidos, como el volumen de precipitaciones, la velocidad del viento o las temperaturas extremas. El modelo elimina la necesidad de una evaluación detallada de los daños, lo que acelera el acceso a los recursos y la recuperación operativa.
Según datos del Centro de Cualificación de Corredores de Seguros (CQCS), el mercado mundial de seguros paramétricos crece en torno al 15% anual, impulsado por la demanda de soluciones más rápidas, transparentes y basadas en datos. "El seguro paramétrico no es solo una póliza; es una estrategia de resiliencia. Permite a las empresas y comunidades afectadas por eventos extremos recibir recursos rápidamente, manteniendo la continuidad operativa y reduciendo las pérdidas económicas", comenta Paulo Esteves Viveiro, Jefe de Colocación de Lockton.
Sectores como la agricultura, las energías renovables y las infraestructuras están entre los más beneficiados por este modelo, ya que la respuesta inmediata a los eventos extremos ayuda a reducir las interrupciones operativas y a garantizar una mayor estabilidad financiera.
Con el avance de soluciones financieras innovadoras, el seguro paramétrico se consolida como un instrumento central en la construcción de una economía más resiliente, capaz de transformar los riesgos climáticos en decisiones estratégicas para empresas y gobiernos.
Fuente: Revista Apólice
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