La modalidad que se debate en Brasil ya está consolidada en la actividad primaria en países como India y Colombia
Considerada de alto riesgo para las aseguradoras rurales, mientras Rio Grande do Sul lidia con las consecuencias productivas y económicas de la más reciente sequía del verano de 2025, la modalidad de seguro paramétrico comienza a destacarse en las discusiones en el país sobre mecanismos más eficientes de protección a las empresas rurales. El presidente de la comisión de Seguros Rurales de la Federación Nacional de Seguros Generales (FenSeg), Glaucio Toyama, explica que su oferta ya está consolidada para la actividad primaria en países como India y Colombia, pues ofrece agilidad en el pago de las indemnizaciones y reduce la burocracia.
"El seguro paramétrico es una modalidad entre todas las demás conocidas en el mercado mundial. No atiende simplemente a un ramo o segmento determinado, como el seguro agrícola, sino que puede atender a todo un abanico de posibilidades en términos de riesgo. Y cuando hablamos de parámetros, tienen que ser fiables, mensurables y transparentes", explicó, añadiendo que las fuentes y los datos para los análisis y percepciones del riesgo tienen que acordarse entre el asegurador y el cliente final.
En la práctica, si no se cumple el parámetro/índice acordado entre la aseguradora y el productor, se activa el siniestro y el pago de la indemnización se realiza automáticamente, sin necesidad de peritajes in situ. Toyama pone como ejemplo una situación ajena a la agroindustria. "Las empresas que generan energía a través de sus turbinas dependen de la acción del viento y de su determinada velocidad y dirección para que las palas funcionen y generen energía en ese lugar. Si la cantidad o la velocidad del viento no es suficiente, tenemos un problema. Por lo tanto, la velocidad es un parámetro y cuando cae por debajo del "techo", se produce un accidente. Es sencillo, medible y acordado entre la aseguradora y el cliente que quiere estar protegido", explica.
El mismo concepto se aplica a la agroindustria, explica Toyama. En un cultivo determinado, por ejemplo, se puede definir que si no llueve en una fase/etapa del desarrollo de la planta 100 milímetros en un periodo crítico, la producción se verá afectada. Medido por satélites o sensores meteorológicos, si no se alcanza el índice, se activa el seguro paramétrico.
El presidente de la comisión de Seguros Rurales de FenSeg cita la experiencia de esta modalidad en India. "Allí, el seguro paramétrico es un híbrido, ya que combina datos técnicos con evaluaciones sobre el terreno para evitar lo que llamamos riesgo base, que es cuando el parámetro indica una situación distinta a la realidad del productor", explica.
Toyama destacó que el seguro agrícola siempre se entiende en el mercado como una asociación público-privada y, por lo tanto, la aplicación de la modalidad de seguro paramétrico depende de cómo se elabore en los países. "Siempre hay una orientación de los gobiernos locales con los productores rurales y las organizaciones, porque el costo del seguro afecta los márgenes de los productores", dijo, al tiempo que señaló que esta protección es de suma importancia para el sistema de producción y las exposiciones al riesgo que está sujeto, especialmente para los productos básicos cuyos precios siguen siendo afectados por el mercado mundial y los costos de producción, y agregó que la India es uno de los países más activos en seguros paramétricos y políticas públicas coherentes. Según él, en América del Sur, Colombia ha avanzado en microseguros, pero Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay son todavía países por desarrollar.
Cobertura nacional
El asesor técnico de la Comisión Nacional de Política Agrícola de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), Guilherme Rios, explica que en Brasil aproximadamente el 16% del área está cubierta por el seguro rural.
"La cobertura está totalmente por debajo del potencial productivo del país y lejos de cubrir los riesgos provocados por las adversidades climáticas. En los últimos años, hemos visto a los productores enfrentarse a problemas de sequía y exceso de lluvias en cosechas sucesivas. Los periodos de neutralidad entre fenómenos como El Niño y La Niña se han reducido, exponiendo a los productores a problemas con mayor frecuencia que antes. Este nuevo escenario climático refuerza la necesidad de reformular y mejorar las herramientas de gestión de riesgos en el país", dijo.
En Rio Grande do Sul, Rios destacó que la situación catastrófica de 2024 ha acentuado aún más los diversos problemas que el estado ya enfrentaba, como la morosidad en las operaciones de crédito rural, por ejemplo. "Actualmente, con recursos del Programa de Subsidio a la Prima del Seguro Rural (PSR), el Estado sólo cubre 1,14 millones de hectáreas. Además, debido a los recientes cambios en el Proagro, muchos pequeños productores se han quedado sin acceso a la herramienta, lo que empeora la situación", señaló. Para él, la protección de la actividad productiva debe ser vista como una política de Estado, para que en momentos de gran adversidad, las herramientas puedan activarse y paliar los problemas ocasionados.
El asesor técnico de la Comisión Nacional de Política Agropecuaria de la CNA también señaló que, en un estudio reciente, la organización mapeó las principales dificultades y reclamos sobre el acceso al seguro rural. Según Rio, los productores del norte al sur del país señalaron diversos problemas, como subsidios menores que los esperados, productos inadecuados para las regiones, problemas con la pericia siniestral, costos elevados de las primas y cobertura insuficiente. Para algunas regiones concretas, como Matopiba, por ejemplo, la falta de oferta sigue siendo un problema.
"Hay varios cuellos de botella en la difusión de las herramientas de gestión de riesgos. Sin embargo, la falta de volúmenes de subvención adecuados es el punto más crítico. La disponibilidad de volúmenes adecuados, con objetivos específicos para determinados cultivos y regiones, fomentaría la creación de un mercado y la adopción de una cultura del seguro rural. Esto permitiría aumentar la superficie cubierta y diluir el riesgo en todo el país", explicó.
Según Rios, para avanzar en la gestión de riesgos en Brasil aún queda mucho camino por recorrer en términos de reestructuración de políticas y apoyo presupuestario. Las acciones de la CNA se han centrado en reforzar el presupuesto del programa, construir propuestas legislativas e infra-legales, así como sensibilizar a los actores implicados en el proceso sobre su importancia. Según él, una iniciativa importante en este sentido en 2024, que continuará enfocándose en 2025, es el Proyecto de Ley 2951/2024, de autoría de la senadora Tereza Cristina. La CNA tuvo un papel activo en su construcción, divulgación y articulación en el Senado Federal. "La propuesta tiene el potencial de convertirse en un hito en el fortalecimiento del mercado de seguros, creando las condiciones necesarias para ampliar la gestión de riesgos en el campo y mejorar los productos disponibles para los productores rurales. Entre los principales cambios que trae el proyecto de ley están: el fortalecimiento del presupuesto del Programa de Subsidio a la Prima del Seguro Rural (PSR), transfiriéndolo a las Operaciones Oficiales de Crédito (OOC), la operacionalización del Fondo Catastrófico y la posibilidad de beneficios para los productores rurales que contraten seguros rurales", defendió.
Fuente: Correio do Povo
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