Accidentes, fallas técnicas o desastres naturales pueden comprometer millones de pesos que se destinan para obras
Para quienes observan un nuevo rascacielos en el horizonte o el avance de un tren de última generación, la magnitud de la obra suele ser motivo de asombro; sin embargo, detrás de esas estructuras existe un entramado de riesgos financieros y operativos que sólo los seguros para la construcción pueden mitigar.
“Desde la cimentación de nuevas infraestructuras hasta la instalación de turbinas eólicas que perfilan nuestro horizonte, el país vive un momento de expansión sin precedentes en sus sectores de construcción y energías renovables, lo que aumenta la relevancia de la gestión de riesgos”, se puede leer en un análisis de HDI Global.
Solo el sector privado de la construcción estima invertir 6 billones de pesos en infraestructura durante el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, con proyectos que van desde obra civil hasta desarrollos inmobiliarios, según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
Por el lado público, el Paquete Económico del 2026 prevé 960,100 millones de pesos en infraestructura física, con proyectos clave como nuevos trenes (104,600 millones de pesos). Mientras que el sector energético también se perfila como protagonista: Pemex recibiría 247,200 millones de pesos y la CFE contaría con 61,100 millones de pesos.
En este escenario de expansión, la vulnerabilidad es inevitable. Accidentes laborales, fallas en maquinaria sofisticada o fenómenos naturales pueden generar pérdidas multimillonarias.
“El dinamismo de la construcción y la energía en México exige una visión proactiva en la gestión de riesgos. No se trata solo de cubrir pérdidas, sino de asegurar la continuidad del negocio y proteger inversiones estratégicas”, afirmó Omar Mendoza, director general de HDI Global México.
La compañía señala que contar con pólizas especializadas se convierte en una ventaja competitiva al atraer inversionistas y garantizar la operación de proyectos estratégicos en México.
Entre los productos más relevantes para el sector se encuentran: Todo Riesgo de Contratista (CAR) o Todo Riesgo de Montaje (EAR), los cuales están diseñados para cubrir los múltiples peligros durante la ejecución de una obra, desde deslizamientos de tierra hasta incendios o daños a terceros.
Por su parte, los seguros de montaje de maquinaria son fundamentales en procesos como la instalación de paneles solares, donde un error puede detener proyectos completos.
La cobertura para obra terminada protege a distintos proyectos contra daños materiales inesperados o reclamaciones posteriores a la entrega.
Para la firma, el crecimiento del sector de la construcción no debe medirse solo en metros cuadrados, sino en miles de millones de pesos expuestos al riesgo, por lo que la contratación de seguros es un elemento estratégico para garantizar la continuidad de las obras.
Fuente: El Economista
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