La zona norte del Perú, cuya actividad productiva se vio golpeada hace más de un año por el ciclón Yaku, luego por el fenómeno El Niño y sucesivas olas de calor, ahora enfrenta la amenaza de sequía hasta mediados del 2024.

Esto último lo advierte el Sistema de Monitoreo y Pronóstico de Sequías Hidrológicas (OASIS) del Senamhi, que contiene pronósticos de déficit de caudales de los principales afluentes del país, para el periodo de mayo a julio del año en curso.

Riesgos de déficit hídrico

Un informe de ese sistema, que el Senamhi dio a conocer a Gestión, refiere que en este mes existe entre un 75% a 100% de probabilidades de déficit de caudales en las cuencas de los ríos Piura y Chira, en la región Piura, y en Chicama (región La Libertad), y Motupe (región Lambayeque).

Asimismo, el documento señala que existen condiciones de media probabilidad, entre 50 a 75% de que también persista ese déficit hídrico, o sequía, en las cuencas de los ríos IIave y Huancané, en la región Puno, en la zona de la vertiente del lago Titicaca.

En el presente mes a nivel nacional se prevé un nivel alto de déficit en los caudales en relación con una población de más de 4 millones de habitantes y una superficie agrícola de 1.2 millones de hectáreas tanto de riego como de secano.

Impacto también en hidroeléctricas

Este escenario afectaría a 11 centrales hidroeléctricas con una potencia efectiva combinada de 849.32 megavatios, así como a 25 empresas prestadoras de servicio de saneamiento todas ellas susceptibles de experimentar impactos significativos, indica el reporte.

En su pronóstico para el periodo de junio y julio, señala que las condiciones de déficit hídrico persistirían solo en las cuencas de las tres regiones del norte antes mencionadas (Piura, La Libertad y Lambayeque), que pertenecen a la vertiente del Pacífico.

Cero avances en asegurar más agua

Al respecto, el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Piura, Javier Bereche, señaló a Gestión que un déficit hídrico (como el previsto por Senamhi) puede afectar particularmente a pequeños productores que abastecen también a la oferta agroexportadora en esa región norteña.

En este caso, refirió que se podrían ver perjudicados cultivos que suelen demandar más riego, como los de mango, uvas, arándanos, banano orgánico, algodón, entre otros, estimando que unas 250 mil familias que dependen de la agricultura en esa región se podrían afectar.

Represas sin mantenimiento

Además, si bien esa zona del norte cuenta con tres represas, como las de Poechos, Los Egidos o San Lorenzo, en este último caso, señaló que, pese a que se ha sedimentado, no se han hecho los trabajos de descolmatación, ni de elevación de barreras.

Además, anotó Bereche, tampoco se han ejecutado los trabajos de prevención de inundaciones, que comprendían obras de drenaje, o el encauzamiento del río o la construcción de presas para controlar las avenidas, que años atrás se habían anunciado desde el Gobierno.

Esa situación, concluyó, no ha permitido que durante el periodo de lluvias se pudiera almacenar un mayor volumen de agua que ahora serviría para enfrentar el déficit hídrico.

Riesgo agroclimático

El Senamhi dio a conocer también a este diario sus pronósticos de riesgo agroclimático hasta julio, donde advierte que las malas condiciones climáticas pueden afectar a cultivos de arroz, papa, maíz, frejol, palta, entre otros productos en diversas zonas.

En el caso del arroz, refiere que la disminución de temperatura entre los meses de junio y julio aumentaría el nivel de riesgo agroclimático para el cultivo de arroz en localidades como Puchaca y Oyotún.

En el departamento de La Libertad, el nivel de riesgo agroclimático estaría entre bajo y medio en el mes de mayo, periodo en que se prevé la culminación de la campaña arrocera en el valle Jequetepeque.

Para la selva norte, el Senamhi prevé que tanto la temperatura máxima como la temperatura mínima estarían sobre sus valores normales, condición que podría provocar mayor presencia de plagas, principalmente durante la etapa de maduración de cultivos arroceros.

En el caso de la papa, la entidad indica que en la sierra norte no se descartarían daños por heladas y otros eventos extremos de corta duración, especialmente en los sectores de mayor altitud de la vertiente occidental durante los meses de junio y julio.

 

Fuente: Gestión

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