El sector de los seguros, tradicionalmente marcado por procesos manuales y burocráticos, está experimentando una importante transformación impulsada por la necesidad de digitalización y eficiencia. Para 2025, se espera que el mercado sea aún más tecnológico, centrado en el cliente y guiado por avances que reconfiguren su estructura operativa y estratégica.
Históricamente, el sector de los seguros ha mostrado resistencia al cambio tecnológico, pero el escenario está cambiando rápidamente. Presionadas por la necesidad de mejorar la experiencia del cliente y reducir costes, las aseguradoras están invirtiendo en soluciones innovadoras. Se están adoptando herramientas como plataformas digitalizadas y análisis predictivos para optimizar la tarificación, la gestión de riesgos y la operación en su conjunto.
A pesar de los avances, la transformación digital en el sector aún se enfrenta a retos estructurales y culturales. Muchas empresas operan con sistemas heredados que dificultan la implantación de nuevas tecnologías, lo que convierte la modernización en un proceso complejo y costoso. Además, adaptarse a un entorno más dinámico requiere un profundo cambio cultural, algo que muchas organizaciones aún están empezando a implementar.
Otro punto crítico es la protección de los datos sensibles de los clientes, especialmente en un sector que exige un alto nivel de confianza. El desarrollo de sistemas integrados, que utilicen un lenguaje único para facilitar el intercambio de información entre aseguradoras, es también un paso necesario para garantizar una mayor eficiencia. Sin embargo, el alto nivel de regulación del sector puede limitar la velocidad de adopción tecnológica, exigiendo a las empresas alinear innovación y cumplimiento normativo.
Entre los avances más prometedores figura el concepto de seguro abierto, inspirado en el modelo de banca abierta. Este enfoque pretende promover una mayor transparencia y el intercambio de datos entre aseguradoras, permitiendo a los consumidores un mayor control sobre su información y el acceso a productos y servicios personalizados. De aquí a 2025, se espera que los seguros abiertos aumenten la competitividad del mercado y fomenten la creación de soluciones más innovadoras y centradas en el cliente.
Además, las tecnologías emergentes desempeñarán un papel importante en la evolución del sector. La inteligencia artificial (IA) permitirá análisis de riesgos más precisos y la automatización de procesos, mientras que el Internet de las Cosas (IoT) posibilitará la supervisión en tiempo real, aportando beneficios especialmente a los seguros del automóvil y del hogar. La personalización será otro aspecto destacado: las aseguradoras podrán ofrecer planes a medida, ajustados a las necesidades individuales de los clientes.
Aunque el sector se enfrenta a barreras, como la modernización de los sistemas y la superación de la resistencia cultural, los avances tecnológicos ya están allanando el camino para un mercado más ágil, seguro y eficiente. En 2025, la tecnología ya no será sólo un apoyo operativo, sino el núcleo estratégico de las aseguradoras. Las empresas que sepan equilibrar innovación, seguridad y personalización estarán a la vanguardia, liderando esta transformación y ganándose un lugar destacado en el sector.
Fuente: Segs
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