Este fenómeno se debe a la falta de cultura financiera y la desinformación, señala especialista
En el estado de Puebla solo el 10.8 por ciento de la población económicamente activa tiene contratado un seguro de vida por la falta de una cultura preventiva y la desinformación que persiste sobre estos productos. Esta situación puede tener consecuencias graves en caso de fallecimiento o incapacidad, ya que muchas familias quedarían expuestas a una vulnerabilidad económica significativa, enfrentando gastos insostenibles sin el respaldo adecuado.
Para los agentes de seguros, este tema es esencial, porque, en caso de un siniestro, el seguro de vida puede ser clave para cubrir gastos inmediatos, como deudas, educación de los hijos o el mantenimiento del hogar, con lo que se previene la pérdida del patrimonio familiar y se garantiza la tranquilidad financiera.
Después de la pandemia, el seguro de gasto médico se incrementó alrededor de un 2.5 por ciento, pero la cifra es muy baja respecto a otros países
De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Institutos de Seguros (AMIS), actualmente solo 327 mil 587 trabajadores poblanos cuentan con un seguro de vida, de un universo de 3 millones 172 mil 885.
Dicha cifra hizo que la entidad se posicionara en el tercer lugar de la República Mexicana con el menor porcentaje de población asegurada, superando únicamente a Guerrero, que registró un 9.0 por ciento, y Chiapas, con un 10.6 por ciento.
Guadalupe Andrea Gallardo Juárez, asesora de seguros y miembro del Círculo de Productores de Gastos Médicos Mayores de la empresa Allianz, explicó que este fenómeno se debe a varios factores, siendo uno de los principales la falta de cultura financiera y la desinformación sobre los beneficios de contar con este servicio.
Sobre el primer punto, informó que la mayoría de las personas no son previsoras con su futuro, por lo que consideran innecesario adquirir un seguro debido a que no es algo prioritario para su presente.
El seguro de vida es una herramienta de prevención que puede marcar la diferencia en momentos. Este rezago se debe más a un tema cultural porque no se tiene el hábito de la prevención porque piensan que nunca van a faltar o que nunca se van a enfermar (…) La gente que he asesorado prefieren asegurar su carro o su casa, antes que a ellos mismos, aseveró.
Además, la especialista destacó que este rezago en la contratación de seguros también está relacionado con el acceso limitado a la información y la desconfianza en las instituciones financieras, pues muchas personas desconocen los diferentes tipos de seguros que existen.
Hay una gran falta de educación financiera en todos los niveles sociales, y el tema de los seguros es una de las áreas más rezagadas. Esto no solo afecta a los trabajadores, sino también a sus familias, quienes podrían enfrentar situaciones de vulnerabilidad económica si no cuentan con una protección adecuada,
añadió.
Seguros dotales: ¿En qué consiste esta nueva forma de ahorro ante una emergencia?
Existen dos tipos de seguros dotales: puro y mixto, el segundo de ellos es el más común del mercado
Otro factor, aunque menos frecuente, es que algunas personas con enfermedades crónicas se ven limitadas a la hora de contratar un seguro de vida, ya que las compañías de seguros pueden considerarlas no asegurables o exigirles altas primas debido al riesgo asociado.
Es cierto que parte de este rezago de personas sin seguro es porque algunas no asegurables por sus propias condiciones de salud, como enfermedades crónicas, sin embargo, son muy pocos los casos, agregó.
Consecuencias de no tener un seguro
Gallardo Juárez explicó que no contar con un seguro de vida puede tener graves repercusiones tanto para la persona asegurada como para su familia, pues no habrá ninguna institución que los respalde en caso de fallecimiento o una incapacidad.
Reconoció que la familia es la que más sufre cuando un ser querido pierde la vida, y más si era el principal sostén económico. Esto les puede generar dificultades financieras que afectan la educación de los hijos (en caso de haber), el acceso a servicios médicos y la calidad de vida en general.
Pero los riesgos no se limitan a la muerte. La incapacidad temporal o permanente debido a una enfermedad o accidente puede ser igual de devastadora, ya que la persona afectada no solo sufrirá una discapacidad, sino también una carga económica insostenible por los gastos médicos y rehabilitación.
Por ello, tener un seguro de vida no es solo una cuestión de responsabilidad personal, sino también un acto de amor y protección hacia los seres queridos. Aunque muchos piensan que nunca les sucederá algo, la realidad es que los imprevistos ocurren cuando menos se espera. Contar con un seguro adecuado puede hacer la diferencia entre enfrentar una crisis con tranquilidad o ver cómo se desmoronan los cimientos de la estabilidad familiar, refirió.
La realidad de los seguros
La experta en temas de seguros, indicó que los mitos más comunes acerca de estos servicios es que son costosos, sin embargo, la realidad es muy diferente, ya que se pueden adaptar a diferentes presupuestos, incluso para aquellos que apenas están iniciando su vida laboral o para personas que ya están cerca de la jubilación.
Desde su experiencia, relató que hay seguros para un hombre de entre 30 y 40 años de edad, por una suma asegurada de 500 mil pesos, con un valor mensual de 500 pesos.
Además, son flexibles y pueden ser contratados por personas desde los 18 hasta los 70 años, lo que significa que es una opción viable para jóvenes que empiezan su vida independiente, así como para adultos mayores que desean asegurar el bienestar de su familia en caso de algún imprevisto.
Por si fuera poco, el mercado de seguros ha evolucionado para ofrecer productos que cubren una amplia gama de necesidades, desde seguros de vida simples, hasta opciones que combinan protección de salud, gastos médicos mayores y otros beneficios adicionales.
José Armando López Portillo, de 42 años de edad, sabía que la vida podía dar giros inesperados, y por eso, en el momento en que supo que iba a ser papá, decidió contratar un seguro para proteger su futuro y el de su familia.
Recuerdo que estaba a punto de ser padre, y pensé: ‘Tengo que asegurarme ya que, si algo me pasa, mi hija y mi esposa estén protegidas’. No imaginaba lo que me deparaba el destino, pero tenía claro que lo mejor era estar preparado, mencionó.
En ese entonces, la idea de utilizar un seguro de vida parecía lejana. Como muchos, pensaba que ese tipo de decisiones eran para situaciones remotas o para momentos en los que ya se era mayor.
El 5 de abril de 2024, su vida cambió de manera irreversible. Sufrió un accidente grave mientras viajaba por carretera, en el que lamentablemente perdió sus extremidades inferiores.
Fue un golpe devastador. No solo el dolor físico, sino el miedo constante de no saber qué iba a ser de mí. Pensé en mi hija, mi esposa, y todo lo que habíamos construido (…) Mi esposa me cuenta que cuando llegó al hospital le dijeron que no tenía esperanzas de vida, pero aquí seguimos”,
relató.
En este momento fue cuando apareció su seguro de vida, que le permitió mantener su estabilidad financiera a pesar de la tragedia, pues recuerda que tan solo una de sus cuentas hospitalarias sumó más de 2 millones de pesos.
“Esto no solo me ayudó con los gastos médicos, sino que me otorgó una suma importante de dinero por la invalidez. Fue lo que me permitió no perder mi hogar, bienes y quedarme en la calle, pues una persona promedio de Puebla no tiene 2 millones en el banco”, agregó.
Para José Armando, el verdadero valor de un seguro de vida no está en lo que cubre, sino en la tranquilidad que les otorga a las personas en muchos aspectos a pesar de las circunstancias.
Fuente: OEM
Proveemos información Técnica y Financiera del Mercado Asegurador